PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Compañeras y compañeros diputadas y diputados
En esta ocasión, iniciamos una de las labores que ha sido suspendida temporalmente en la Cámara de Diputados: la instalación de la Comisión Especial de Participación Ciudadana, que en la LVIII Legislatura fue considerada como ordinaria. El hecho de que la Cámara de Diputados haya aprobado nuevamente esta Comisión, expresa una necesidad que hoy tenemos que materializar en acciones legislativas.
La Participación Ciudadana, es una participación política, porque los ciudadanos son entes políticos, gregarios, que viven en la "ciudad", en la "polis", como nos lo enseña la Ciencia Política. La existencia comunitaria de los seres humanos, los obliga a una participación permanente en la definición y en las reglas de su vida comunitaria. De esta forma, Aristóteles y Rousseau, nos enseñan que esta vida colectiva en donde los seres humanos participan activa e interesadamente en los asuntos de su ciudad y de su vida colectiva, no es otra cosa, que la participación política.
Los ciudadanos participan en los asuntos de su ciudad, como individuos, pero también como grupos organizados. Así, tenemos a las organizaciones ciudadanas, o más bien a los ciudadanos organizados, que participan como tales en los asuntos de la ciudad, de acuerdo con los intereses o fines que colectivamente han definido. La sociedades de ciudadanos, pueden ser vecinales, de artesanos, de obreros, de mujeres, de jóvenes, de estudiantes, de religiosos, de empresarios, de alcohólicos o de la tercera edad. Cada una de esas organizaciones de ciudadanos, tiene sus objetivos propios, limitados y en ocasiones temporales. En otras ocasiones los ciudadanos se movilizan por ciertas demandas, en ciertos momentos. Así, encontramos a los ciudadanos en movimiento o los movimientos de ciudadanos. Todos estos son movimientos políticos, de miembros de la "polis", de ciudadanos o miembros de la "ciudad". Su interés es la vida colectiva, los intereses de toda la ciudad, de toda la comunidad, de toda la entidad o todo el país.
Los ciudadanos que se interesan por los asuntos de la "ciudad", también son políticos. Aquí, ciudadanos y políticos son sinónimos. La política, entonces, son los asuntos colectivos de la "ciudad", de la entidad y del país. Los políticos son los habitantes de esa ciudad.
Los ciudadanos, por vivir en una colectividad, como nos dice Rousseau, deciden darse una regla y nombrar a sus gobernantes, quienes se encargan de cumplir y hacer cumplir la reglas de la ciudad. Por ello, todos los asuntos del gobierno, del Estado y del país, son asuntos de los ciudadanos, porque todos son políticos.
La Comisión de Participación Ciudadana, de la Cámara de Diputados, por su ubicación específica como legisladora, puede convertirse en una instancia de participación ciudadana en todo el proceso legislativo, es decir, lograr la participación de los ciudadanos en las propuestas legislativas, a través de la iniciativa ciudadana, como ya ocurrió en la reciente iniciativa sobre "Internet para todos," que fue presentada en el Senado. En la discusión sobre las iniciativas y dictámenes de las comisiones y, finalmente, en el consenso ciudadano que oriente el voto de los diputados. La participación ciudadana en el proceso legislativo, implica el compromiso de los legisladores de iniciar, discutir, dictaminar y votar las iniciativas, previa participación de los ciudadanos en todos estos pasos legislativos. Por ello, es fundamental una iniciativa que modifique el Reglamento del Congreso General y de la Cámara de Diputados, que obligue a la participación ciudadana en todos y cada uno de los momentos del proceso legislativo.
Otro de los momentos fundamentales de la participación de los ciudadanos en el proceso legislativo, se refiere a la vigilancia que debe ejercer la Cámara de Diputados en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo, garantizando que efectivamente participen activamente los ciudadanos, para los cual es necesario dotarlos de todos los medios de comunicación, gratuitamente, para que puedan comunicarse, directamente con los gobernantes, sin intermediarios, como lo son los empresarios de la comunicación de la iniciativa privada.
De la misma forma, esta participación debe garantizarse en la rendición de cuentas, en el acceso a la información y en la comunicación.
En fin, la labor de la Comisión de Participación Ciudadana para lograr la participación de los ciudadanos en la vida política del país, pasa por un proceso de comunicación y de formación cultural de los ciudadanos, quienes tienen que elevar su nivel de participación y formación política, es decir, elevar la cultura política, que sería a fin de cuentas la labor máxima de esta Comisión.
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