Con punto de acuerdo, por el que se solicita la creación de una comisión especial plural para la educación media superior en México, a cargo de la diputada Roxana Luna Porquillo, del Grupo Parlamentario del PRD
La suscrita, Roxana Luna Porquillo, integrante del Grupo Parlamentario de Partido de la Revolución Democrática en la LXII Legislatura del Congreso de la Unión, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 79 del Reglamento de la Cámara de Diputados y 42 de la Ley Orgánica del Congreso General, presenta ante esta asamblea punto de acuerdo, al tenor de la siguiente
Exposición de Motivos
El 13 de octubre de 2011, la LXI Legislatura aprobó el dictamen con proyecto de decreto que presentó la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos. Con fecha 9 de febrero de 2012 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que se declaran reformados el párrafo primero, el inciso c) de la fracción II y la fracción V del artículo 3o., y la fracción I del artículo 31 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
En el transitorio segundo del mismo decreto se señala: “Se realizará de manera gradual y creciente a partir del ciclo escolar 2012-2013 y hasta lograr la cobertura total en sus diversas modalidades en el país a más tardar en el ciclo escolar 2021-2022”.
Con fecha 9 de octubre del presente año, la Gaceta Parlamentaria de la Cámara publicó una comunicación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con la que remite el documento Efectos de la declaración de la obligatoriedad de la educación media superior en la demanda futura por servicios educativos presupuestales, donde informa de la trigésima reunión nacional plenaria ordinaria del Consejo Nacional de Autoridades Educativas (Conaedu), celebrada el 10 de septiembre de 2012.
En el comunicado se especifica: “Se interpreta el concepto de obligatoriedad establecido por el legislador, de tal forma que la obligatoriedad del Estado de garantizar la educación media superior se establece como el deber del mismo de ofrecer un lugar para cursarla a quien teniendo la edad típica hubiera concluido la educación básica”.
Y agrega: “La obligatoriedad para el Estado se reduce a garantizar que el sistema educativo nacional tenga la capacidad de absorber a los egresados de la educación básica y de retenerlos en las aulas hasta la conclusión de sus estudios en este nivel educativo”. Acota: “Las principales causas de la falta de cobertura son explicadas más por número de jóvenes que no terminaron la secundaria y por la deserción en la media superior”.
Además, señala: “Esta definición trae como resultado que la evolución futura de la demanda esté altamente condicionada por el comportamiento de tasa de cobertura y la eficiencia terminal de la educación secundaria así como del la tasa de eficiencia terminal de la EMS, por otra parte la reforma constitucional tampoco establece al Estado Mexicano la obligación de ofrecer Educación Media Superior a aquellos que teniendo concluida la Educación Secundaria se encuentren por encima de la edad típica, es decir que se encuentren en situación de rezago educativo (énfasis nuestro). De forma tal que de no darse un cambio sustantivo en estas variables, no obstante que se declaró obligatoria la EMS, no cabe esperar un incremento importante en la demanda por este servicio educativo”.
El transitorio segundo del decreto dice: “... ofrecer un lugar para cursarla a quien teniendo la edad típica hubiera concluido la educación básica, se realizará de manera gradual y creciente a partir del ciclo escolar 2012-2013 y hasta lograr la cobertura total en sus diversas modalidades en el país”. Enfatizo: “en sus diversas modalidades en el país”. Esto implica la enseñanza media superior de los sistemas federal, estatal, municipal y autónomo, en sus modalidades de propedéutico, mixto y terminal, pero también la educación para adultos.
Agrega: “La población que no fue absorbida por la educación media superior, calculada a partir de la tasa de absorción para el ciclo escolar 2008-2009, cuya tasa de cobertura fue del orden 62.3 por ciento, lo que viene a significar que cerca de 2.4 millones de jóvenes en edad de cursar la educación media superior no lo estaban haciendo”.
El comunicado concluye: “Para el ciclo escolar 2010-2011, la tasa de absorción de egresados de secundaria alcanzó 96.7 por ciento lo que significó que casi 97 de cada 100 egresados obtuvo un lugar en la educación media superior. Sin embargo, el indicador de cobertura neta, es decir el porcentaje de la población de 15 a 17 años que se matricula en este tipo educativo, al inicio del ciclo 2010-2011 fue de 53.2 por ciento. Si se estimara la cobertura sólo para el grupo de edad típica con secundaria terminada, entonces sería de 69 por ciento. En el primer caso, se estaría hablando de la inasistencia de casi 3 millones de jóvenes, mientras que en el segundo, de un millón y medio: dentro de los últimos se encuentran cerca de 600 mil jóvenes que desertaron” (énfasis nuestro).
Todo ello quiere decir que la SEP, según su interpretación, sólo atendrá en esos 10 años a los egresados de secundaria que cuentan con su certificado de estudios y cuantifica en un millón y medio de jóvenes aproximadamente para 2012 y abandona a su suerte a otro millón y medio de jóvenes que no fueron absorbidos y los que no terminaron su secundaria, y a quienes desertaron en la enseñanza media superior, durante más de cinco años, que es el tiempo promedio en que pudieron estudiar una carrera profesional y que no tuvieron esa oportunidad, hasta alcanzar la edad correspondiente.
Las cifras que aquí conocemos ilustran sobre la responsabilidad de la SEP, principalmente sobre la eficiencia terminal de la enseñanza secundaria y la media superior y que en consecuencia se traduce en jóvenes que no logran obtener su certificado de secundaria y de preparatoria y que la SEP no logró retenerlos para el término de sus estudios.
Éstos son precisamente los jóvenes que constituyen el grupo denominado peyorativamente como “ninis”. Estamos hablando entonces, como dice la SEP, de 3.5 millones de jóvenes que no estudian, debido principalmente a que esta dependencia federal no ha resuelto la mejora de la eficiencia terminal, o evitar la deserción en educación media superior y a los cuales la SEP no dará educación media superior. Y también ha decidido que no atenderá la población en calidad de rezago educativo.
La política educativa en la educación media superior
La política educativa de Luis Echeverría adoptó la decisión de separar las escuelas preparatorias de las universidades y la creación de los colegios de bachilleres. A esto obedecía también la separación de las prevocacionales del Instituto Politécnico Nacional y las secundarias de las normales rurales, creando escuelas de técnico-agropecuarias, industrial y comercial, y de separar las escuelas preparatorias de las universidades para sustituirlos por Colegios de Bachilleres, Conalep u otras instituciones.
En el régimen de Carlos Salinas de Gortari se aplicó una política aún más restrictiva de la educación superior y de la media superior, impulsando las carreras del sistema terminal postsecundaria y las cortas de bachillerato (PNES 80).
Así proponía la disminución del ingreso, con aumento de demandantes de educación media terminal, con campañas de orientación vocacional; aumento de requisitos y procedimientos de selección académica para el ingreso, con eliminación gradual del pase automático, implantación de topes de admisión por carreras y la Racionalización del crecimiento de la población escolar. (p. 10.41).
Según el Informe nacional sobre la educación superior en México, de la SEP, la política educativa aplicada en 1983, flexibilizó el currículo y pasó al sistema de créditos, para no prolongar los estudios innecesariamente y disminuir lo más posible la estancia de los estudiantes en las aulas. Unificación del tronco común curricular, reducción de años de estudio y unificación de fechas de ingreso del bachillerato. Los diversos sistemas y propuestas educativas, son un obstáculo, ya que la homologación de créditos entre los diferentes currículos es difícil. Como consecuencia, los jóvenes desertan”.
En México, el número de jóvenes de entre 25 y 34 años sin bachillerato es de 58 por ciento, junto con Turquía, lo que lo convierte en uno de los países con mayor porcentaje. México ocupa el primer lugar cuando se mide la deserción entre 33 de 34 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La Secretaría de Educación Pública (SEP) ha informado que en el sistema educativo, la tasa de deserción más alta está concentrada en la preparatoria y bachillerato, que llega a 15 por ciento.
Por las fechas en que fue celebrada la reunión del Conaedu, es decir, el 10 de septiembre de 2012 y la fecha del dictamen, podemos intuir que las conclusiones de la reunión mencionada influyeron finalmente en la redacción de la reforma constitucional, acotando los efectos solo a los egresados de secundaria y que se encuentren en la edad típica, abandonando a los jóvenes que no pudieron estudiar la secundaria y los que desertaron por la deficiencia terminal de la SEP en este nivel educativo.
Han sido entonces la SEP y la política aplicada, la responsable de que existan estos jóvenes que no estudian y no ha tenido políticas eficientes para que terminen su educación, ni tampoco, para que los que han desertado, puedan posteriormente terminar su instrucción secundaria con programas intensivos y especiales para los jóvenes.
A esa situación se agregarán ahora los jóvenes que no pueden ingresar en la educación media superior y los que desertan. Estos programas deben aplicarse inmediatamente y resolver la terminación de la educación secundaria y la media superior de estudiantes rezagados y que ya suman 9 millones. Es evidente que ahora podemos iniciar la solución de los jóvenes ninis por lo que corresponde a su educación. La madre de los ninis es sin duda la SEP.
Deserción en educación media superior
En México, 14.5 por ciento de los bachilleres que se encuentran en las aulas abandonan los estudios, es decir, 600 mil jóvenes en edad económicamente activa, terminan integrándose al campo laboral informal, mal remunerado o incluso ilícito. En promedio, en los países de la OCDE, 20 por ciento de los adultos jóvenes dejaron de estudiar antes de completar la preparatoria.
De los jóvenes de 15 a 18 años, 60 por ciento no recibe educación media superior, por lo que es necesario que la SEMS amplíe sustancialmente el programa de becas, ya que de las principales causas de la deserción es el no poder sustentar sus estudios.
En el ciclo escolar 2009-2010 del programa “Síguele, caminemos juntos”, que realizó la SEP, cada 25 segundos, en promedio, un joven decide no seguir estudiando y abandona el bachillerato. Para 2008-2009, se calculaba que por día 3 mil 114 jóvenes desertaron a diario del bachillerato. Su magnitud no sólo afecta la calidad de vida de los jóvenes, sino también tiene repercusiones económicas y sociales en el país”.
Para contener este fenómeno, la SEP intensificó la campaña de inscripción para que los estudiantes puedan obtener una de las 400 mil becas, para retener a los jóvenes en las aulas de la educación media superior.
En el apartado “Justificación” del programa se plantea que el propósito es disminuir la deserción y la reprobación escolar.
Motivos para el abandono
“Los jóvenes de 15 a 19 años de edad que dijeron –en la Encuesta Nacional de la Juventud 2005– haber abandonado la escuela señalaron como las principales causas el que “tenía que trabajar” y “porque ya no me gustaba estudiar”, como los motivos centrales de su decisión, dice el estudio”.
Deserción es un drama: SEP
El subsecretario de Educación Media Superior informó que la cifra de jóvenes de entre 15 y 18 años de edad que deberían estar en la escuela y no lo hacen es de un millón 800 mil personas, entre los cuales están los que habiéndose inscrito abandonaron sus estudios y los que no concluyeron la primaria o la secundaria o son analfabetos.
La cifra de jóvenes que pertenecen a la cohorte generacional de 6 millones y tienen edad para cursar estudios de educación media superior, alrededor de 4 millones 200 mil alumnos están en las aulas, y 1 millón 800 mil “por alguna razón no lo están”.
Al presentar el informe, en París, Equidad y Calidad de la Educación. Apoyo a estudiantes y escuelas en desventajas, la OCDE consideró que el abandono escolar es uno de los mayores desafíos en todos los países y planteó 10 recomendaciones para prevenir el fracaso escolar y ayudar a mejorar las escuelas y estudiantes en desventaja. Entre ellas están el crear un “pase automático” que limite la reprobación, “clausurar” las escuelas que no brinden un servicio adecuado y fusionar los pequeños planteles, además de impulsar créditos y apoyos conforme a las necesidades de los alumnos, entre otras.
El estudio señala que el entorno socioeconómico bajo, las circunstancias personales o sociales y de injusticia, “provoca el fracaso escolar cuya manifestación más visible es la deserción”.
El gobierno tiene una responsabilidad de asegurar que los jóvenes encuentren oportunidades para realizarse en la proximidad de su vida adulta. En 2010 nuestro país alcanzará el máximo histórico en el número de jóvenes entre 16 y 18 años, los cuales constituyen el grupo en edad de cursar educación media superior (EMS).
“De no haber un nuevo impulso a la EMS, en el ciclo escolar 2012-13 la tasa de graduación sería de 49.1 por ciento por ciento, la cual es menor al promedio en el que se encontraban los países de la OCDE a finales de la década de los años sesenta”. En otras palabras, de continuar las tendencias actuales, al inicio de la segunda década del siglo XXI, la EMS en nuestro país tendría un rezago de 50 años. Esta no puede ser una opción para un país que aspira a mayores niveles de bienestar en una etapa en que el número de jóvenes alcanza su máximo histórico.
Cobertura
Dadas las tendencias demográficas y educativas que se observan en el país, el crecimiento más notable del sistema educativo nacional durante los próximos años se localizará en el nivel medio superior. La cobertura de la EMS debe entenderse como el número de jóvenes que cursa el nivel en relación con los que se encuentran en edad de cursarlo.
El cuadro siguiente muestra el indicador de cobertura de la EMS desde 1990 y las proyecciones hasta el 2020. Incluye datos sobre el número de egresados de secundaria, para poder dimensionar la demanda de servicios de EMS, y la tasa de absorción (que divide el número de alumnos de nuevo ingreso en la EMS entre los egresados de la secundaria). Asimismo muestra la llamada eficiencia terminal, un reflejo de la deserción, que mide el porcentaje de alumnos que egresa del nivel respecto de los que ingresaron tres años antes.
Cuadro I.3. Indicadores de cobertura de la EMS. Cifras nacionales
Los datos muestran que, en el escenario tendencial que consideró la pasada administración federal, la cobertura de EMS pasaría de 58.6 a 65.0 por ciento a lo largo de la actual administración. La eficiencia terminal y la deserción prácticamente no tendrían cambios.
El cuadro es revelador de que, al menos entre 1995 y 2006, el problema de la falta de cobertura en la EMS ha obedecido a la deserción y la baja eficiencia terminal antes que a la incapacidad del sistema de absorber a los egresados de la secundaria. En los años próximos se deberá reanimar el crecimiento de la oferta educativa, pues el número de egresados de secundaria seguirá creciendo hasta llegar a poco más de 1.8 millones de alumnos en 2010.
Debe tenerse en mente asimismo el nivel académico de los egresados de secundaria; puede condicionar su desarrollo a factores más allá de su control.
La deserción afecta de manera especialmente severa a los grupos de bajos ingresos. Ello se debe en parte a consideraciones sociales, culturales y económicas. La escasa cobertura de la EMS en los primeros deciles de la distribución del ingreso está asociada a que el sistema educativo no resuelve satisfactoriamente las desventajas de partida de ese segmento de la población.
Esta situación refuerza la inequidad que se observa en el sistema educativo del país. Como se observa en la siguiente gráfica, entre los estudiantes de entre 15 y 17 años que abandonan la escuela, la mayoría de los cuales se ubica en los deciles de ingreso más bajos, la mayor parte, alrededor de 40 por ciento, lo hace por falta de interés por los estudios.
En resumen, en la coyuntura actual resulta esencial fortalecer la cobertura, equidad y calidad en la EMS, de manera que tenga sentido estudiarla, y se convierta en un mecanismo a través del cual los jóvenes adquieran habilidades y conocimientos que les resulten útiles para desarrollarse como personas y actores en la sociedad y el mercado laboral.
En promedio, los jóvenes de México tienen su primer trabajo a los 16.4 años, salen de casa de sus padres por primera vez a los 18.7 años, tienen su primera relación sexual a los 17.5 años. Este tipo de eventos revelan que se trata de una etapa determinante en la vida y en el desarrollo personal. Es muy importante considerar la vulnerabilidad a la que la persona se encuentra expuesta, los cambios que en ella tienen lugar y la trascendencia de las decisiones que el joven asume a lo largo de esos años. Todo ello reclama una atención especial hacia los estudiantes, la cual debe comprender diversos sentidos.
Desde luego, habría que agregar que los 18 años es la edad en la que los jóvenes adquieren la mayoría de edad y con ello los derechos y obligaciones que otorga la ciudadanía plena.
Entonces, la SEP interpreta incorrectamente que su responsabilidad, regateando los recursos, pues su atención se reduce solo a un millón y medio de jóvenes dejando en el abandono, al otro millón y medio que no obtienen su certificado, sino, además, a aquellos que no pudieron ingresar a secundaria y que además desertaron de este nivel de enseñanza y del nivel medio superior.
La SEP tiene la obligación de resolver la eficiencia terminal de la secundaria y hacer un esfuerzo especial para ello, por lo que el monto del presupuesto que se enuncia en el comunicado, no considera la solución de la problemática que esto implica. Además, debe tomar medidas extraordinarias para incrementar la eficiencia terminal en educación media superior y evitar la deserción.
Es evidente que lo primero que salta a la vista es que tendrá que duplicar su presupuesto para educación media y media superior.
Por ello es necesario que la SEP incluya en sus cuantificaciones presupuestarias la responsabilidad de formación y capacitación de profesores de educación media y media superior, elevando con ello la calidad de la enseñanza, que incremente el número de plazas de profesores de carrera de tiempo completo, profesionalizando la enseñanza y reduzca la contratación de profesores hora clase. Además es posible establecer un amplio sistema de escuelas de enseñanza secundaria y media superior para adultos, lo cual también debiera ser considerado.
Para todo ello deberán reformarse diversas leyes y sobre las cuales en su oportunidad presentaremos las iniciativas correspondientes.
Por tal motivo, someto a consideración de esta soberanía la siguiente proposición con
Punto de Acuerdo
Único. La Cámara de Diputados crea una comisión especial plural para la educación media superior en México, con los siguientes
Objetivos
a) Dar seguimiento a la aplicación de la cobertura general neta a la educación media superior ordenada en la reforma del artículo 3o. constitucional;
b) Que dé seguimiento a la eficiencia terminal en el nivel secundario y de la educación media superior, tomando las medidas necesarias para evitar la deserción;
c) Que la totalidad de los egresados de secundaria cuente con la matrícula que le corresponde;
d) Que sean ampliados los programas en la educación para mayores de 18 años; y
e) Se cumpla este mandato constitucional de lograr 100 por ciento de la cobertura nacional.
Dados los objetivos y el plazo de 10 años establecido en la reforma constitucional, la comisión tendrá como duración el correspondiente a la LXII Legislatura.
Los recursos económicos y materiales que requiera la comisión serán determinados por la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.
Palacio Legislativo, a 23 de octubre de 2012.
Diputada Roxana Luna Porquillo (rúbrica)